lunes, noviembre 2

Mi historia: El Vacío del Corazón. Cap. III

Les traigo el tercer capítulo de mi historia, su nombre es "El vacío del Corazón". Colóco el capítulo en esta entrada y también lo colóco en el post original, esto para aquellos que aún no han tenido oportunidad de leer  las partes anteriores, lo hagan siguiendo el link que colocaré mas abajo. Pués espero se animen a leerlo y me hagan llegar sus críticas y comentarios.


Link donde encontrarán la historia desde el primer capítulo:





EL VACÍO DEL CORAZÓN

Capitulo III: Discurso

Siente temor, angustia y también mucha culpa. Se sabe artífice de todo lo malo que le ocurrió a su unidad desde su llegada al mando, ahora sabe por lo poco que llegó a escuchar que han sido dos los soldados caídos por esa osada y mal lograda estrategia promovida por él. Le entristece mucho el destino de ambos miembros de su grupo, aunque llevaba poco tiempo con ellos había llegado a conocerlos y estimarlos lo suficiente. Sobretodo con el avivado Florián, le atrajo desde el principio su personalidad contrastante.


Escucha pasos apresurados y no puede evitar sentirse tan nervioso. La angustia le limita el accionar, mira nervioso a todos lados sin ninguna razón aparente más que la ansiedad que lo invade al no saber como actuará. ¿Qué palabras dirá? ¿Cuáles serán sus reacciones? ¿Aún es el líder? Todo pasa a segundo plano cuando de forma repentina se da la vuelta, colocándose de frente a la pared simulando estar dormido, al tiempo que escucha como los apresurados pasos han llegado al frente de la puerta de la habitación. La puerta se abre de forma brusca y un tanto atrabancada, un rechinido de la madera que recubre el piso de aquella habitación es todo el sonido que se escucha a cada lento paso que da Matt para acercarse al lugar donde esta postrado el Capitán. Se para frente a él, se guarda un silencio molesto.

– ¡Ca…capitán! Habla de forma muy nerviosa mientras se inclina un poco tratando de notar si aquel llamado logro ser atendido.

No pasa nada, continúa inmóvil, nervioso e indeciso, nunca en su vida se había sentido tan disminuido y poca cosa. No sabe como actuar, ni como responder; se ha ensimismado completamente, nota que la actitud que esta tomando lo ha hecho caer a uno de los niveles más bajos al que puede llegar un ser humano; ser totalmente indiferente ante la necesidad de ayuda de otro. ¿Qué pretendo quedándome aquí? piensa mientras presiona más fuerte sus ojos tratando de aislarse aún más. ¿Me quedaré aquí para siempre, simulando un sueño inexistente? Continúa divagando mientras nota que Matt se aleja. Respira aliviado sintiendo que la ha librado por ahora, su leve calma se ve afectada rápidamente cuando escucha como el soldado mueve un mueble de aquella sala para acomodar su cuerpo para esperarlo. Desearía estar en verdad herido o muerto para evitar esta sensación, esta humillación que me gané yo mismo. Piensa mientras que de la misma vergüenza toma valor para incorporarse lentamente. Lo hace con pesadez, como si despertara de un profundo y largo sueño. Matt rápidamente da un salto desde el mueble que le servía de asiento y se dirige hacia él.

– ¡Capitán Lynn! ¡Al fin se ha despertado! ¿Se encuentra bien? – dice el soldado mientras se agacha un poco para ver de forma más cercana a aquel hombre sentado sobre el piso.

– Sí, todo esta bien – Responde mientras voltea a ver hacia arriba a el rostro del soldado, colocando una mano sobre sus ojos para tratar de evitar la fingida irritación que le causa la pobre iluminación de aquel lugar. Este gesto de su mano y sus ojos entreabiertos es una forma que utiliza para tratar de ocultar el desconcierto que le provoca el no saber como actuar.

Salen de la habitación y se dirigen a atender al herido, camina indeciso, sin saber como desenvolverse ahora con esa pesada culpa. Había estado pensando mucho cuál sería su reacción al estar frente, hasta los que ahora, eran sus dirigidos. Aunque varias ideas rondaron su cabeza no pudo decidirse por alguna. No existe manera en que pueda aminorar la pena de mostrar tal cobardía en la batalla.

Al tiempo que se acercan a la habitación a la que se dirigen nota dos hombres que hablan de manera muy seria. Los últimos rayos de luz se cuelan por aquella abertura en el pasillo e impide que pueda percatarse de quienes se trata de manera clara, nota como mientras hablan con solemnidad uno de ello coloca su mano sobre el hombro del otro. Esto le causa curiosidad, pero teme realizar algún movimiento que pudiera llamar la atención, quisiera ser invisible y pasar desapercibido para todo mundo. A cada instante hace alusión a la idea de que debió haber muerto en el campo de combate y se reprocha aún más no haber tenido el coraje de buscar la muerte.

Finalmente Matt se detiene para girar la manilla de la puerta y abrirla lentamente. El capitán Lynn se dispone a entrar cuando de reojo ve como uno de los hombres sale del reflejo que hasta ahora los ocultaba y se dirige a él. Siente miedo y se pausa por un instante.

– ¡Capitán! Le dice aquella voz que se acerca – Me gustaría hablar un momento con usted.

– ¡Cla… claro! ¿De qué se trata? – dice tímidamente mientras turna su cuerpo de manera nerviosa y ponerse de frente a aquel soldado.

– ¿Está bien? ¿Cómo se siente? – pregunta Rick cortésmente, sabiendo de antemano que se encuentra sano. Él se da cuenta de su herida, pero no de su cuerpo, sino de su orgullo.

– Me siento bien, un poco aturdido todavía pero nada grave.

– Me alegra mucho escucharlo, en este momento lo necesitamos. Ralph fue herido durante el combate y necesita urgentemente atención.

– ¡Si Cabo! Toye (Matt Toye) ya me lo ha hecho saber. Me dirijo a atenderlo ahora mismo – dice al tiempo de ver el vendaje en su brazo izquierdo; no pudo notar por el estado en el cual se enfrascó, la herida sufrida por Rick, ni siquiera cuando lo sacó casi arrastrando del lugar de aquel lugar que seguramente sería su muerte. Esta conversación tan cordial le molesta en sobremanera. ¿Por qué un soldado como Rick no le hacía algún reproche? Él era de los que más se opusieron a su plan de tomar aquel puente. ¿Qué pretende? ¿Qué planeaba hacer en complicidad con aquel hombre con el cuál charlaba?

– ¿Quiere que le revise ese brazo? – En un tono muy sumiso y sutil, casi temeroso.

– No Capitán, esto ha sido solo un rasguño, nada de que preocuparse. – comenta al mover con un poco de trabajo aquel brazo. – Ahora me gustaría que tratara a Ralph cuya fiebre no ha parado. Me preocupa mucho su salud.

– Claro, me dirigiré a atenderlo de inmediato – dice con prestancia mientras que de manera nerviosa se limpia un sudor que inexplicablemente le escurre por su cara.

– Antes me gustaría comentarle algo – Replica Rick de manera seria, ya sin la cordialidad inicial – Quiero decirle que Henry y yo saldremos por algunas horas apenas caiga la noche.

Quiere preguntarle el motivo de la repentina salida, pero no quiere ser impertinente ni causarle ninguna molestia. Entiende de inmediato como le ha sido relegado su cargo; eso se intuye fácilmente desde el momento en que no le pide un permiso. Solo se lo comenta de una manera muy asertiva, y este mensaje lo entiende de claramente.

– No hay problema – comenta mientras asienta con su cabeza. Baja la mirada evitando la incomodidad ocasionada por mirada apacible y calmada de aquel joven.

¡Pffffff! Se escucha desde la ventana en la que ambos hombres charlaban anteriormente. Se trata de Henry, quien tratando de evadir cualquier contacto posible con el capitán Lynn, se encuentra viendo el atardecer por aquel ventanal, dándole completamente la espalda. Este sonido de Henry es un gesto de desaprobación hacia Rick, por informarlo de las acciones que realizarán. Él ha perdido todo el respeto llegado a sentir por ese hombre; lo odia y le molesta que una persona como Rick le tenga este tipo de contemplaciones y atenciones. ¡Esa basura no se lo merece, piensa!

– Bueno capitán, le encargo mucho el cuidado de Ralph, no me gustaría que nadie más muriera– dice al instante de dar vuelta para dirigirse hacia Henry para continuar conversando.

– ¡Gracias por lo de antes! – le exclama mientras lo ve alejarse. Rick voltea ligeramente, le hace un ademán con su mano y le sonríe amargamente. Fue un intento de sonrisa, el cual la tristeza, hizo que solo quedara en eso.

Entra a la habitación y se dirige prontamente al lugar donde esta tendido Ralph, la prisa es más por el nerviosismo sentido que por la preocupación de la salud del herido. Comienza a revisar su abdomen donde se ha colocado un vendaje improvisado para evitar la hemorragia excesiva. Thomas, el médico del equipo, había muerto, así que probablemente había sido Matt o Rick; intentando detener la perdida del vital líquido quien rústicamente lo había atendido. Lo retira lentamente para darse una idea de la magnitud de la herida. Rápidamente lleva sus manos al equipo de su mochila y comienza a atenderlo.

Ve su convaleciente rostro fijamente por unos instantes. Mientras continúa su labor, inevitablemente su mente lo lleva al momento en que él había sellado la suerte de Ralph, Florian y Thomas.

Su misión había sido un desastre desde el principio, el punto donde cayeron en su paracaídas era muy alejado del lugar de reunión, aunque este error también parecía haber sido su culpa.

Recuerda lo que sucedió en ese mismo lugar un día atrás.

– Esta es la situación caballeros. – Dice el capitán Lynn, orgulloso al frente de los miembros de su unidad, quienes se han puesto cómodos para escucharlo. – Aparentemente hemos caído muy alejados del área a la que habíamos sido enviados. – Continúa hablando mientras camina de lado a lado con ambos sus manos sujetas atrás, queriendo mostrar gallardía. – Si mis cálculos son correctos habremos aterrizado a 30 km de nuestro objetivo.

Los soldados se ven entre ellos con un poco de incredulidad.

– ¿Pero cómo pudimos alejarnos tanto de nuestra zona Capitán? – Le dice Lance visiblemente extrañado.

– Aparentemente las ráfagas de viento nos hicieron una mala jugada. Aquí en este pequeño mapa podemos darnos una idea de nuestra localización actual. Parece ser que caímos en el pueblo Liempde y todo parece indicar que el puente de este lugar está fortificado – mientras señala la pared en donde ha sido dibujado un improvisado mapa. Allí se señala la ubicación donde deberían aterrizar para tomar el pequeño puente de la autopista sobre el río Dommel, al norte de Saint Oedenrode. Era un punto estratégico para los Aliados, la 101ª División Aerotransportada debería tomar el puente, el cual ahora se encontraba a unos 30 km al sur de su posición actual sobre el mismo río.

– Me parece Capitán, si me permite comentarlo, que lo mejor sería bordear el río y llegar hasta Saint Oedenrode y reunirnos con la compañía, seguramente ya están en combate. Aquí estamos solos y no sabemos cuando recibiremos refuerzos. – Comenta Rick quien había permanecido callado escuchando, pero ahora una sensación desagradable lo molestaba.

– Podríamos hacer lo que el Cabo sugiere, – dice sin inmutarse demasiado – aunque no sabemos si encontraremos enemigos en el trayecto, el cual es muy largo. – Hace una pausa prolongada – ¡Lo ideal sería tomar el puente de este pueblo! – pregona efusivamente cambiando el tono de su voz. – Ante la posibilidad de reunirnos con los demás lo correcto será tomar una posición para poder fortificarla, y esa es este puente.

– No creo que sea una buena idea Capitán. – Comenta Henry con una voz segura – No veo la necesidad de arriesgarnos así, no sabemos siquiera como están armados ni su número ¿Qué haremos si nos sorprenden?

– Entiendo que pueda parecerles un plan osado y arriesgado, pero no podemos permanecer aquí sin provisiones por mucho tiempo. Es cierto que no conocemos bien el estado del enemigo. Pero esto también juega a nuestro favor. No saben de nuestra presencia, ni que alguien los está acechando. Nosotros tenemos una gran ventaja, al atacarlos sabemos muy bien lo que tenemos que hacer y como vamos a reaccionar. Ellos solo podrán actuar ante nuestras acciones, será este paso adelante nuestra principal baza para envolvernos en la victoria. ¡Yo iré al frente! Sobre la calle principal con un grupo de hombres. Nosotros atraeremos el fuego enemigo, los hombres restantes avanzarán a través de los edificios y las casas, flanqueando a la posición del enemigo. El objetivo no es derrotarlos, buscamos hacerlos retroceder hasta que crucen el puente y así poder instalarnos en su actual posición. Para eso inmediatamente después que ustedes inicien el ataque, nosotros iremos directo hacia el enemigo, aún entre el fuego incesante guiaré a los hombres para darles el apoyo.

Ve gestos dubitativos en los rostros de los soldados aunque eso le parece también algo bueno, considerando el plan en sí, muy arriesgado.

– Lo veo como un plan demasiado peligroso, es ir a ciegas. ¿Porqué no ir todos de manera sigilosa a través de los edificios semidestruídos? y así entre todos los flanqueamos. Si solo va una parte del grupo se arriesga a que el grupo que sirvió de señuelo no le brinde el apoyo rápidamente. – Habla Rick sin ocultar la preocupación al notar como sus compañeros están considerando esta loca idea. – ¿Qué pasará si el fuego enemigo es demasiado fuerte y usted y su grupo no pueden avanzar? – termina dirigiendo esa pregunta a los demás soldados también. Esta totalmente en desacuerdo con este plan y quisiera que sus amigos así lo vieran todos ellos.

Al Capitán parece comenzar a molestarle las intromisiones constantes de Rick, es su primera misión y acababa de ser asignado a este grupo. Debe mostrar la posición, la inteligencia y el coraje para llevarla a cabo. Pareciera con sus intrusiones buscar cuestionar su rango y liderato.

– ¡Le aseguro Cabo que la ayuda no les va a faltar, así sea arrastrando llegaremos a apoyarlos! –responde en un tono de superioridad, tratando hacerle ver a él y a los demás soldados quien tiene el mando. – Es necesario separarnos para llevar la sorpresa a los enemigos. Cuando nosotros nos hagamos ver, el otro grupo irá muy avanzado entre los edificios. El enemigo enfocará su ataque en nosotros pensando que nos han sorprendido; los sorprendidos serán ellos cuando sufran el ataque repentino del otro grupo sin llegar a saber de donde proviene. Ese es el engaño soldados, y en el campo de batalla este es tan importante que decide las guerras.

Se guarda un silencio. Parece haberlos convencidos, cree es el momento ideal para hacerlos unirse al plan. Rick intenta decir algo, él lo nota y pretende impedírselo.

– ¿Sabe una cosa Cabo? – Continúa hablando mientras voltea hacia la ventana y ve con melancolía hacia afuera – Usted y yo somos miembros del ejército Norteamericano, ambos compartimos habilidades y aptitudes similares por el tipo de entrenamiento que recibimos en nuestra formación. Pertenecemos a “Los Bastardos de la 101”, la elite del ejército, y no hay duda de que somos los mejores en este mundo; así lo demostramos en Normandía. Pero así como Usted y yo hay miles de soldados en nuestra División; cada uno con habilidades, cada uno con el poder suficiente para conquistar la gloria. Pero entonces, ¿Qué es lo que nos diferencia? ¿Qué es lo que hace que nos dividan en clases y en regimientos distintos? Todos somos iguales, sin embargo existe algo único en nuestro regimiento y que nos hace sobresalir de los demás. Hay situaciones de la vida en las que sus habilidades y aptitudes para la batalla no le servirán de nada, y esas en la guerra las encontrará muy frecuentemente. Habrá ocasiones en las que su fuerza no será suficiente para sortearlas, en que por diversos factores sentirá que el esfuerzo no le alcanza, se como se siente estar así, se llega a confiar tanto en nuestras capacidades que cuando estas no bastan, nos sentimos solos, nos sentimos desnudos y muy vulnerables. Esa es una sensación amarga, crees que todo es desfavorable y es fácil caer en la desesperación, pero allí, en ese instante, será donde deberá sacar su última arma; quizás es la más poderosa que cualquier otra y le servirá de aliada para darle lucha a esa situación hostil, y esa fuerza se llama “voluntad”. Esta es la más importante de todas y la que le ayuda cuando todas las demás parecen haberlo abandonado. La voluntad es el principal soporte de cualquier soldado, es tan potente que es capaz de levantarnos de cualquier adversidad, de reanimar las fuerzas de cualquier cuerpo por destrozado que este haya quedado. La voluntad es capaz de levantar cualquier cuerpo moribundo y hacerlo luchar, luchar hasta que la flama de su corazón se extinga. Así se hacen los grandes hombres, los héroes y las leyendas, en cada uno de ellos se contiene una voluntad que parece no tener medida. Muchos creen que la fuerza, la valentía y el honor son las aptitudes que convierten a los hombres en leyendas, ¡Pero no es así! Una fuerza de voluntad grande te da la fuerza, te hace sentirte capaz de realizar cualquier proeza sin temor a nada. De la voluntad nace la fuerza, nace la valentía y el coraje, y por ende surge el honor. Todo esto es lo que le hará conseguir la gloria y lo que le transformara en un ser inmortal en la memoria de los demás, aún al final de sus días. El dolor es pasajero y nuestra vida es efímera, nuestro existir es tan corto que parece solo un suspiro para la vida en la Tierra, pero aún con esa fugacidad, podemos hacerla eterna si nuestras acciones perduran como recuerdos en las mentes de los demás. Nuestra gloria y nuestro honor no están detrás, esta siempre al frente, cualquiera que sea el destino que nos aguarde. Alcanzarlo nos costara sin duda un gran trabajo, un dolor que pudiera ser desgarrador, pero alcanzar esa gloria y poder tocar esa estrella que parecía tan lejana bien lo valen. La historia de nuestro pueblo esta llena de gente común, que con esta virtud llego a trascender los albores del tiempo y traspasarlo hasta la eternidad. Yo el día de mañana trataré de ser uno de ellos.

Rick busca en los ojos de sus compañeros, desea no encontrar en sus miradas unos ojos ardientes, estimulados por una excitación en sus corazones. La discusión continuará, pero ya todos han sido seducidos por un sentimiento de falsa invencibilidad.


Licencia Creative Commons
El vacìo del corazòn por Rik se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-SinDerivadas 3.0 Unported.
Basada en una obra en coyote-solitario.blogspot.com.
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