martes, octubre 20

Mi historia: El Vacío del Corazón. Cap. II


Les traigo el segundo capítulo de mi historia, su nombre es "El vacío del Corazón". Colóco el capítulo en esta entrada y también lo colóco en el post original, esto para aquellos que aún no han leído la primera parte, lo hagan siguiendo el link que colocaré mas abajo. Pués espero se animen a leerlo y me hagan llegar sus críticas y comentarios.

Link donde encontrarán la historia desde el primer capítulo:



EL VACÍO DEL CORAZÓN

Capitulo II:  Discusión

Todas esas escenas aún revoloteaban en su mente de forma incesante, aún profundamente absorto en sus sueños la imagen de aquel brazo mutilado continuaba persiguiéndolo; castigándolo. Fue en ese sueño donde se le había presentado por primera ocasión una pena que lo afligía en sobremanera, esta ocasionada por una idea que cada vez asimilaba con mayor seguridad. El brazo amputado y la muerte de aquel hombre tenían un solo artífice: El hasta entonces brillante capitán. Abre sus ojos de forma repentina, despierta de su sueño de forma brusca aunque sin mostrar su cuerpo ninguna clase de movimiento que indique algún sobresalto. Instantáneamente vienen a su mente aquellas imágenes que lo desconciertan, le parecen tan lejanas y extrañas. ¿Será acaso que tanta angustia, desesperación y miedo que vivió resultaron fruto de una amarga pesadilla? ¿Habría sido todo causado por el poder de su imaginación, por temores internos que lo habían aquejado toda la vida? miedo al fracaso interno, creando en el miedo e inseguridad.

Comienza a explorar con su mirada el lugar en el que se encuentra, lo hace con desgano, sin mover ni un solo músculo de su cuerpo, el cual esta tendido sobre una manta en el suelo. Solo sus vacilantes ojos negros recorren el techo, fija su atención en un viejo candelabro que cuelga de forma asimetría, parece que hace algún tiempo intento ser arrancado por la fuerza.

-No lo conozco- dice amargamente mientras continúa observando las paredes y los muebles que adornan aquel cuarto. Los muebles parecen ser de caoba finamente tallada a mano. El trabajo de grabado con detalles delineados casi perfectamente parecen indicar el sumo valor de los artefactos que adornan esta casa. Eso hace mucho tiempo, ahora se ve un lugar triste y deslucido. El lugar es sucio y descuidado, parece más por el abandono que por la desidia de sus habitantes. La habitación se ilumina súbitamente, lo cuál causa que sus ojos se irriten ligeramente, busca con sus ojos entreabierto el origen de ese destello que ha llamado su atención; un enorme ventanal de vidrios de colores opacos son los que filtran ese brillo. La mayor parte de los cuadros que conforman esa ventana yacen rotos en el suelo, nadie parece haber tenido el cuidado de recogerlos. Una densa y oscura nube vuelve a tapar el sol, y aquella habitación vuelve a ser envuelta en una cortina de parcial penumbra.Escucha algún tipo de murmullo de voces conocidas. Intenta agudizar sus oídos para lograr identificar las hablas y sus locutores.

-¡Esa ha sido la peor decisión! Ha sido una verdadera estupidez. Como pudimos dejarnos llevar tan ciegamente- Alega en un tono molesto Henry, mientras lanza violentamente su casco en aquel amplio salón. Era un hombre con rostro recio, alto hasta para la media de cualquier soldado; con un metro noventa y dos centímetros es un hombre que impone. - ¿Tu qué crees Rick? – continúa hablando al momento que golpea con su puño uno de los muros, conteniéndose una ira que se refleja en sus ojos. – Jamás estuviste de acuerdo con este insensato plan. – Concluye mientras voltea a ver a un rincón de aquella sala, donde se encuentra aquel soldado a quien llama y quien se mantiene cabizbajo, sentado y recargando su espalda sobre la pared.

- Pienso que aún no es el momento de hablar de esto, todos estamos muy afectados. – Dice mientras incorpora su rostro con una voz débil, casi quebrada, su rostro aparenta ser el más joven de este grupo, su cabello castaño muy desalineado por el uso del casco. Sus ojos grandes de color marrón claro parecen haber despedido algunas lágrimas en las horas recientes. Voltea el rostro recorriendo aquella sala intentando buscar los rostros de sus compañeros y amigos. Ellos lo observan y lo escuchan, dándole mucha importancia a lo que tiene que decir. Evidentemente le guardan mucho respeto a pesar de su corta edad.

- ¿Qué quieres que hagamos entonces? ¡Perdimos a Thomas y a Florián, y ve como ha quedado Ralph! – Replica de forma acelerada y un poco ronca Henry al momento que con su mano señala un cuerpo tendido sobre el suelo; inconsciente y con fiebre. Es claro que también se encuentra afectado por lo sucedido, es solo que lo refleja de manera distinta que sus demás compañeros; la violencia de sus ademanes y la fuerza en su voz es como demuestra lo que siente.

- Busquemos la manera de ayudar a Ralph, no me gustaría que muriera mientras estamos discutiendo. – Dice Rick mientras lentamente se incorpora. – Ya habrá tiempo para analizar la situación.

- ¡Tenemos que hacerlo ahora! Todo esto fue ocasionado por el dichoso líder que nos dirige. – responde Henry al tiempo que con rápidas zancadas cruza la habitación casi completamente para estar frente a Rick, quien evade la mirada para evitar el encaro.

- Creo que Henry tiene razón – habla con un tono indeciso uno de los soldados que hasta entonces permanecía sentado; solo escuchando la discusión. Su nombre es Lance, un joven de 27 años, de tez clara y cabellos rubios bien cuidados. – De alguna manera logró convencernos de realizar algo tan arriesgado. – Prosigue con una voz llena de amargura mientras recarga su cabeza en uno de los muebles en que se encontraba apoyado.

- ¡Ahora es fácil juzgarlo! Le contestan con ironía y reproche desde una apartada esquina que se encuentra un poco oscura por la falta de iluminación adecuada. – Pero no fuiste tú uno de los que más lo apoyaron. No digo que se le exima, pero hay que reconocer nuestra culpa en todo esto. – Concluye al momento que se aparta de las sombras para enfrascarse en la discusión.

- ¡No me vengas con esas tonterías Matt! – Contesta en tono molesto Lance - ¿Qué no todos estuvimos de acuerdo? ¿No todos creímos que sería un plan digno de nuestra unidad? Prosigue y toma al soldado de su vestimenta de forma tosca. – Eso fue lo que él nos hizo creer. – Concluye mientras manotea.

Ambos soldados están de pie en medio de aquel cuarto; sus compañeros observan atentos cualquier reacción que pudieran tener. Se respira la tensión del momento, el cuál inunda cada rincón del lugar y también afecta a cada miembro de aquel grupo. Matt es un hombre serio, en cierta forma tranquilo, es de menor edad que Lance y también son grandes amigos; sin embargo las emociones que los embargan los hacen buscar culpas en sus compañeros, como una forma de encontrar alivio para sus penas. Amigos a los cuáles sus remordimiento los carcomen y buscan de forma afanosa la manera de deshacerse de ellos, así sea tratando de imputárselos a los demás.

-¡Ya basta! – grita Henry, interponiéndose entre ellos y empujándolos para apartarlos. – No hay ninguna razón para estar peleando entre nosotros cuando a todos nos queda claro que hay un solo culpable; ese que llegó con su gallardo uniforme y con su porte elegante, y que se nos impuso como líder. – Continúa hablando al tiempo que señala con su mano a un salón contiguo. – Fue él quien con la armonía de su discurso y con la melodía de su voz, fue capaz de engañarnos. Me molesta como aludiendo al valor y arrojo de la Aerotransportada logro convencernos de realizar una acción tan absurda y loca. ¡Eso es lo que debemos juzgar! – Prosigue con su discurso mientras dirige su mirada enrojecida por una mezcla de ira, indignación y tristeza a Rick que lo escucha de reojo. – Él, quien con el encanto de su discurso fue capaz de llevarnos a esa carnicería. – Termina mientras que con su brazo limpia alguna lágrima que pudo haber resbalado de aquellos irritados ojos.

Se guarda una pausa prolongada. Cada uno de los cuatro soldados escucharon muy atentos su argumentación. De alguna manera aquellas palabras expresadas de manera ruda y un tanto tosca es lo que han llegado a sentir. Cada uno de ellos considera como una terrible traición el actuar del Capitán. Ya no solo la decepción de haber confiado en él, si no también que esa confianza haya sido pagada con la sangre y vida de grandes amigos y camaradas.

Rick se vuelve mientras camina a pasos lentos a una de las destrozadas ventanas, tomando su brazo izquierdo herido en aquella fatídica batalla. Con sus ojos marrones echa una ojeada hacia la destruida vista de la calle. Con su mirada triste solamente ve soledad y destrucción. Esa vista deprimente y la muerte de sus amigos dejan ver la amargura y tristeza de aquel momento. Tal vez nadie sienta las pérdidas como él. Thomas, un hombre firme, valiente y noble como el más grande caballero y Florián, el que se consideraba el alma de aquel grupo; un joven osado y que daba una importancia inaudita al honor, pero además equilibraba casi a la perfección la alegría y la simpatía que le brindaba ser el más joven de la compañía. Con apenas 19 años de edad se había convertido en su mejor amigo, pues contrastaba con su personalidad serena y calmada. Comienzan sus ojos a humedecerse y a desprender saladas lágrimas que se escurren a través de su cara, estos ven hacia fuera, pero su mente esta en un lugar muy lejano e imposible ya de alcanzar. En su pecho siente un enorme vacío, ahora éste se oprime y lo deprime al solo esbozar su rostro; la imagen de Florián ahora solo la tendrá en sus recuerdos y ahora han dejado de ser alegres para convertirse en amargos y llenos de melancolía. Un nudo en la garganta se forma al recordar aquel rostro jovial y con esa sensación en mente parece finalmente quebrarse, al asimilar que lo ha perdido para siempre. Nota como el ocaso se acerca mientras pasa la manga de su vestimenta por su rostro para secar sus lágrimas y traga un poco de saliva para desahogarse y comenzar a hablar. Lo cuál llama la atención de sus compañeros.

- Se que no ha sido fácil para ninguno de nosotros lo ocurrido en las ultimas horas. Hemos perdido a valiosos soldados y sobretodo a extraordinarios amigos. – Habla con una voz cadente y un poco desaforada al momento que pasa nuevamente la manga sobre su rostro. – Cada quien tuvo con ellos diferentes tipos de relaciones; cada uno tuvo la dicha de compartir con ellos experiencias, sufrimientos y sueños, fueron para todos grandes hombres; nobles y valientes. – dice mientras vuelve su rostro a sus amigos sin que sus ojos puedan contener el llanto. – A cada uno nos hiere y duele su partida, a cada uno de nosotros nos lastima su recuerdo; sin embargo, ahora no es el momento para establecer un juicio de lo sucedido. El dolor de nuestras perdidas ha hecho que nuestros sentimientos afloren y que nuestras emociones se encuentren a flor de piel. No podemos tomar ninguna medida, pues nuestros corazones han sido muy afectados el día de hoy y esto nublará nuestro juicio en el momento de tan importantes decisiones; nuestras emociones flageladas evitarán que la visión de lo ocurrido sea clara. Saben que soy de los más afectados por la relación tan cercana y añeja que lleve con Florián, me gustaría antes de continuar esta discusión llorarle a mi amigo y me gustaría que todos también hicieran lo mismo; porque sé que lo necesitan. Descansen y piensen bien lo que vamos a decidir, ya que será de mucha importancia. Dejemos esta discusión para un momento en que nos hayamos desahogado un poco. Creo que hoy en lo que nos debemos ocupar es en algo más importante: la vida de Ralph será ahora nuestra prioridad, no olvidemos que ahora el Capitán es el único que puede ayudarlo, enfoquémonos en esa realidad.

Todos asienten con un simple gesto, incluso Henry que parece haberse calmado; olvidándose temporalmente de la búsqueda de justicia. Pone la mano sobre la nuca y la masajea suavemente un poco mientras camina hacia el lugar donde había quedado su casco después de su impulsiva reacción inicial.

- Quiero que todos descansen un poco, mañana a primera hora decidiremos el rumbo que tomará la unidad. Habla Rick en el momento que toma un vendaje que guardaba en su mochila y la coloca sobre su brazo herido. ¡Matt, deja a Ralph! Por el momento no puedes hacer nada más por él. Ve a ver si el Capitán ya ha despertado para que pueda atenderlo, si no lo ha hecho permanece allí hasta que lo haga.

- ¡Claro Rick, iré de inmediato! – Contesta el joven con una voz alegre y un poco nerviosa. El había permanecido en todo momento junto al herido, había sido también quien lo había rescatado de las garras de la muerte sacándolo con mucho esfuerzo de la zona de combate. De unos 26 años de edad era un muy buen amigo de Ralph. De alguna manera siente alegría y alivio que tenga al fin un tratamiento adecuado; había estado temblando por los escalofríos producto de la fiebre. Había permanecido inconsciente, y los únicos sonidos que podía producir eran sutiles quejidos. Ahora estaría a cargo de un verdadero médico y aliviaría sus heridas y sufrimiento; cosa que el intentaba conseguir solo brindándole ánimos y apoyo.

Deja a su amigo tendido y se incorpora rápidamente, limpia con una manta sus manos y su rostro de forma apresurada. Sus ojos negros profundos observan a aquel hombre tendido sobre el suelo; sufriendo, y se da rápidamente la vuelta para salir de aquella habitación. Henry lo voltea a ver en un tono molesto, no con el chico, sino con el hecho de tener que necesitar de aquel por quien ahora sentía tanto odio.

-¡Henry! ¡Ven acá! Tenemos un asunto urgente que tenemos que tratar. – Dice Rick mientras con su mano lo invita a salir fuera también. Ha dejado sus cosas en su mochila y se dirige a la salida. Henry lo sigue y ambos dejan aquel salón. Solo queda en el cuarto Lance con un semblante apesadumbrado, recarga su nuca contra la pared y cubre su rostro con un trapo, aún así alcanzan a distinguirse pequeñas lagrimas que resbalan hasta su cuello, muestra del dolor que esta sintiendo.
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El vacìo del corazòn por Rik se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-SinDerivadas 3.0 Unported.
Basada en una obra en coyote-solitario.blogspot.com.
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