Estaba muy nervioso antes de que fuera mi turno ya que escogí la canción "El último beso" de Polo y en ningún lugar pude conseguir la pista, pues no sabía que él la cantaba y me tendría que aventar a capela. Pues me paré en el escenario del auditorio con mis compañeros viendo por las ventanas y que comienzo a cantar. Todo iba bien, aunque el profesor de música y su guitarra me estaban estropeando todo pues nunca le agarró el ritmo a la canción y sólo me distraía y había jurado acompañarme por no traer pista y que de inmediato agarraría la nota. Aún así estaba tomando soltura y me desenvolvía bien en el escenario a tal grado que no me ocupaba ya de las intromisiones del profesor.
Todo marchaba bien y podía ver los rostros de los presentes que no aplaudían pero al menos no mostraban desagrado y al ser sólo mis rivales y jurado no esperaba más. Entonces culminé la canción, solo que en la parte final había una especie de ligero grito que acompañaba el final de canción, cosa que no haría por no tener pista, pero ya estaba tan entrado en ritmo que decidí hacérlo, nunca me había fallado y lo estaba haciendo muy bien y en eso que se me va la voz. No recuerdo bien que siguió, nadie rió, pero me supo muy mal.
Dieron las puntuaciones y los nombres de los finalistas que cantarían ante toda la escuela en el festival de canto ya con instrumentos y todo, era un evento muy emotivo, yo creí que había quedado fuera, aunque me mencionaron como uno de los finalistas; sin embargo, no pude hacerlo. No lo mencioné a nadie, sólo no asistí ese día. Me sentí mal por mi profesora de artistica que estaba muy orgullosa de mi por ser el único alumno del turno vespertino en clasificar y que tenía mucha confianza en mí.
Esperen, esto sabe más a una derrota personal que a un oso, 
Bueno, ustedes me hicieron decirlo, luego les traeré otra. 
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